LA CRIATURA, Historias de la gente. Julio 2009

AH... QUE PLACER
No podía aguantarme más. La fiebre y los sudores recorrían todo mi cuerpo. Entonces la vi, allí estaba, sola para mí, tan limpia y pulcra como a mí me gustaba, brillante como el sol y blanca como la luna, esperándome...
Comencé el ritual quitándome la camiseta con una mano como si se desprendiera sola de mi cuerpo pensando en el placer que me esperaba. El cinturón del pantalón nunca se había deslizado tan suavemente, y los botones bailaban como caballitos de mar entre mis manos, raudos, fugaces, para abrir el pantalón y permitir que cayera como los camisones de seda de las películas. Ya solo faltaba el slip, que fue lo que más me costo, eran nuevos y todavía me apretaban un poco y casi se me enredan entre las rodillas y hacen que me caiga de bruces, pero conseguí zafarme de ellos.
Ya estaba completamente desnudo y dispuesto a comenzar. Me acerqué a ella y suavemente la abrí para dirigir mi cuerpo al suyo. Complaciente no opuso ningún tipo de resistencia. Comencé a apretar rítmicamente, hacia delante y hacia atrás. Mi abdomen se contraía bruscamente, apretando mientras la sujetaba fuertemente debajo de mí.
Tras unos minutos de apretar, subir y bajar, hacia delante y hacia atrás sentí como me llegaba, allí estaba me venía, el climax se acercaba. Sudaba cada vez más, apretando, llegué incluso a gritar de placer.
- ¡Aaaaaah! ¡Qué gustoooo!
Lo conseguí, ¡Llegué al orgasmo! No paraba, bombeaba y bombeaba y seguía bombeando. Salía de mi cuerpo casi a borbotones, salpicando por doquier y es que llevaba ya tres días sin descargar, me había hasta fiebre.
Me quedé sentado unos minutos rememorando la gesta y porque me había dejado el tabaco en el coche, que si no me había echado un cigarrito.
Cuando terminé, cogí unas toallitas húmedas y me las apliqué suavemente hasta estar totalmente limpio y me vestí con la sensación de haber adelgazado por lo menos cinco kilos.
Tiré de la cadena, me vestí y rocié el ambientador por todo el cuarto de baño para camuflar el resultado de mi hazaña. Y es que como decía Ivá en sus comics de Historias de la puta mili: “cuando aprieta el cagá, es mejó el cagá que el follá”.

pinkysexy5@hotmail.com

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