MOONWALKER

Queridos lectores de “Canalnostalgia”, terminemos este mes con la saga Michael Jackson y, después de destripar feroz y acertadamente, la basura llamada “Thriller”, rematemos al personaje con ese cagarro filmado a su capricho y antojo conocido como “Moonwalker”. Y es que allá por 1988, según sacaba su disco “Bad”, a Maikel se le volvió a pirar la pinza y, en sus aires de divo interestelar, acompañó su lanzamiento con una película dedicada a si mismo. Porque no os engañéis, manipulables seguidores, “Moonwalker” es una compilación de las filias y fobias de nuestro amigo Jacko para que así el mundo pudiera observar la grandeza de su persona, cuando lo que quedaba patente era una pedofilia muy mal escondida y un desbarajuste mental de categoría “Asilo Arkham

“Una película como jamás has visto” ¡De mierda, claro!


Y es que la peli en sí no tiene por dónde cogerse. En primer lugar, el título. Y es que lo de “Caminante lunar” junto al famoso paso de baile, es un camelo de los grandes. Y si no buscad un poco acerca del jazzista Cab Calloway, que ya por los años 30 se daba más de un paseo por la luna (¡Así que menos flipes, Michael!). En segundo lugar, porque no deja de ser un collage de 7 cortos, a cual más absurdo, a los que hasta el capítulo más imbécil de “Tom y Jerry” deja por los suelos. Y por último, porque nos la intentaron vender como la “Opera rock” del siglo XX, cuando su visionado en conjunto es uno de los mayores insultos a la coherencia musical que se haya perpetrado en la historia (si te cogieran los “Who”…) ¡Pero no nos enrollemos más y pasemos a ver de que iba cada una de estas mierdecillas!

Para comenzar tenemos el video de “Man in the mirror”, donde ejerciendo de buen samaritano, Jacko trata de remover conciencias mientras nos muestra escenas de guerra y hambre junto a su contrapunto amoroso a cargo de Lennon, Gandhi y otros por el estilo. Vamos, que podía haber donado la mitad de su fortuna al cuerno de África y haberse dejado de tanta gilipollez. A continuación empalmamos con “Retrospecter”,… esto digo, “Retrospectiva”, una pequeña biografía del notas acompañada de su propia música, en la que lo único destacable es observar su paulatino proceso de transformación de humano a tumor. Deplorable. Seguimos con “Badder”, una parodia de su video a cargo de niños y con la que Maikol tuvo el pretexto perfecto para hacerse más de una paja entre bambalinas. Patético. Proseguimos con “Speed Demon”, donde Jackson trata de escapar de un ataque de sus fans disfrazándose primero de… ¡Conejo!, y luego de “celebrities” como Silvester Stallone, Tina Turner o Pee-Wee Herman (otro del mismo palo, arrestado en los 90 por pajillero). Como veis ¡Todo un disparate al que algunos llaman cine! Y además por esto nos sorprende que la siguiente parte, el video de “Leave me alone”, trate de lo mal que se portan los “mass media” con él, que no le dejan tranquilo ¡Pero que quieres, so bicho raro, si no haces más que llamar la atención con tus paridas! En fin…



¡Dónde esté el videojuego de Vicentín!

El plato fuerte y colmo del delirio es “Smooth criminal”, donde Michael es un danzarín de pelotas al que las estrellas fugaces le dan poderes (¡Si es que es para partirte el culo!) y le transforman desde en un McLaren MP-24, a Optimus Prime o la Enterprise del Sr. Spock. Y todo esto para salvar a unos indefensos ojetes… digo niños, a los que un malvado quiere dar droga ¡Y encima gratis! (Pero Propofol, no ¿Vale?). El caso es que de una forma u otra, al final Jacko se las apaña para meter a los niños en un bar (que sean menores se la sopla) y le vean bailar y agarrarse el paquete ¡Más claro el agua, vamos! Para terminar, una versión del “Come Together” de The Beatles con… ¡Claro que sí, más niños con los que bailar, retozar, sodomiz…! En fin, creo que esto ha sido suficiente para desmontar lo que fue en gran medida Michael Jackson. Ahora más que nunca viene a cuento su “This is it!” (“¡Es lo que hay!”) ¡No cambiéis de canal y hasta la próxima!

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